Hoy
quiero contarles la historia de una guerra…
Una
guerra que se definió en una sola batalla…
Batalla
que duró el tiempo suficiente como para ser inolvidable.
En
ésta batalla no hubo muertos, tampoco sangre derramada en el campo. Y aunque
cada uno pensaba que había ganado, no hubo vencedores ni vencidos.
Como
ya dije, ésta guerra fue de una sola batalla, por lo tanto es justo y necesario
detallar esta última.
Todo
comenzó muy temprano, mucho antes de asomar el sol dominical, aunque como es
lógico los preparativos venían de tiempo atrás.
La
lucha fue cuerpo a cuerpo y no había armas a la vista. Cada uno confiaba en sus
habilidades.
Solo
vos y yo…Frente a frente…En soledad…
Ataco
primero estirando mis brazos para atraparte y vos intentas el mismo amague.
Casi parecemos entrenados en el mismo lugar.
No
podes zafarte…
Yo
tampoco…
Mis
manos contra tu cintura, las tuyas contra mi espalda…
Mi
boca contra la tuya, tu lengua contra la mía…
Mis
piernas firmes en el piso las tuyas ya rodean mi cuerpo…
Nuestras
ropas tiradas decorando exóticamente el lugar…
Mi
sexo en el tuyo, y voy paladeando mi victoria. Los movimientos de tu cintura
intentando luchar solo apuran el desenlace.
Llega
la arremetida final con estallidos de fuegos de colores en el cielo y dulces
estertores en los cuerpos…
Unas
últimas escaramuzas ya casi sin fuerzas… Bocas, manos, dientes, piernas. La
última pelea de lenguas saboreando el triunfo…
Fin
de la batalla. Sin muertos, sin armas, sin vencedores ni vencidos, sin daños a
la vista…
Pero
tu mirada en la retirada abre una herida en mi pecho, y tu indiferencia
posterior la profundiza.
Estoy
de rodillas en el suelo contemplando mi corazón que enloqueció hasta estallar.
Vos
seguís con tus guerras, con tus batallas, con tus victorias.
Yo
sigo tratando de ordenar los pedazos de corazón para volver a armarlo.
Aunque, seguramente,
los que no encuentro, en algún descuido, te los llevaste de trofeo.
OMAR MAJUL
Trabajo registrado:http://www.safecreative.org/work/1304204975621