La mujer que
yo quiero no tiene pechos de miel ni piernas interminables que se pierden en el
cielo. Pero cuando trepo por sus piernas,bebo de su rio y escalo sus dulces
montañas puedo perderme en el cielo.
La mujer que yo quiero no tiene piel de
durazno y sus labios no son frutillas jugosas y maduras. Tiene la piel curtida
por el tiempo y los labios partidos de morder injusticias.
La mujer que yo quiero no tiene pestañas
largas y arqueadas,y su cabello no danza con la brisa de primavera trayendo
exóticos perfumes. Pero sus ojos dibujan palabras que dirige certeramente con
la mirada y su cabello tiene el olor de nuestra casa.
La mujer que yo quiero no está dibujada en la
tapa de una revista,ni escondida tras la pantalla de TV.Su cuerpo es
real,natural,fresco y cambiante con el tiempo,pero cuando decide seducir no hay
cámara que resista su encanto.
La mujer que
yo quiero no tiene manos de seda,no cocina guisos de madre ni hace torres de
caramelo.Pero cocina lo que tenemos y sus manos aprendieron a empuñar las
cacerolas para reclamar lo que es nuestro.
La mujer que
yo quiero no canta como una calandria ni tiene sueños de papel. No,ella sueña
con que lleguemos siempre a fin de mes,con que haya futuro y libertad real,y
alza su voz para gritar en las marchas. ¡Para hacerse escuchar!
La mujer que yo quiero no pertenece al jet set
,ella salió de un barrio humilde como yo,y marcha junto a mí para que no se
olviden los de arriba quienes fueron los que allí los pusieron.
OMAR MAJUL